A veces, compañera

A veces te pienso compañera
socia,
zorra,
trapecista,
confidente,
profesora,
sonriente camarada,
amistosa,
besable,
hiriente artista,
entregada,
bruja,
indiferente,
neutral,
con rabia masoquista,
en silencio.
Te pienso a veces.

Y a veces me acuerdo compañera,
de tus risas,
de tus llantos,
de tus mocos en ambos casos,
de tus piernas,
de las quejas,
de tu sexo,
de tu hambre,
de tus ojos,
de tu callado reproche,
de las cosas que hacías,
a veces me acuerdo.

A veces yo siento compañera
tus pisadas,
tu cuerpo,
tu aliento,
tu olor llenándolo todo.
Y te siento en el parque caminando,
en la esquina creo,
te siento detrás del poste,
esperando en la entrada te espero.

Y a veces yo espero compañera
también.
Cotidiano,
triste,
con jeans,
con la polera de diario,
fumando,
rayando la croquera en el paradero después de las seis,
sentado frente al teclado,
regando a mis polluelos escamados
a veces aún espero.
Yo no soy
ni poeta,
ni esperanza,
ni asceta de tus besos.
Yo no soy agua de tu llanto
ni ingeniero,
ni hacedor de alegrías.
No soy tinta ni tintero

Yo no soy
tu mar
ni soy oleaje,
no soy la tierra de las plantas
ni el rocío del follaje,
no soy el humo del cigarro,
ni las llaves,
ni el rayo que se coló por la mañana
despertándote.

No soy dolor
no soy victoria
y no soy presencia estable
yo no soy buen escritor
no soy valiente ni cobarde

No soy canción,
ni soy dibujo,
no soy mitad
ni complemento,
no soy ganancia del deseo,
ni soy las letras de tu traje.

no soy camino,
por mi no pasan los senderos
ni el caminante.
Yo ya no inspiro ni pesares.
no soy salud,
ni bienvenida
ni el triste adiós
que ya olvidaste.

Negociemos

Un poco de mi horario
por un poco de tu tiempo,

una parte de tus llantos
por una de mis besos.


Te propongo,

cambiar mi hablar por tu silencio.


Negociemos.


Te regalo mis pesares,
tú me das todos tus miedos,
esos miedos negociables, negociemos
mis pesares, tus pesares,
vamos, negociemos.

Pero si no quieres ya transar,
si no quieres ya.
Entonces

ve y parte montada en tus cristales,
mi moneda no es tan dura,
mi promesa no indeleble,
renuncia a mis palabras,
renuncia.

Pero, si quieres…

Negociemos,

mis ojeras de colores,
las plantas,
la pecera con los peces,
las figuritas de yeso.

Todo es tipo de cambio,
la casa, la vereda,
el árbol del frente,
donde me pondré debajo
a intercambiarme.

Hagamos trueque,
negociemos.

Tu sonrisa matutina,
mi despertar sereno,
mi sonrisa dividida.
Tu bienvenida.

Negociemos.
Porque me veo en tu reflejo,
porque estas en lo mío
y en lo que no es mío.


Porque te quiero.


Porque estás las paredes,
porque si no estás no existo,
porque te apareces de repente,
porque estás viva y te conozco.


Porque existo.


Porque reíste de mis chistes,
porque reíste,
porque me amaste defectuoso
y parchaste mis heridas


Porque curaste.


Porque me hablaste del futuro,
porque abonaste,
porque riegas con colores,
porque regaste.

Porque regaste.


Porque eres tú,
porque eres tú y eres todo lo nuestro.
Porque aceptaste,
porque jugaste,
porque te sonrojas sin motivo,
porque me amas sin promesas.


Porque me amas.

-

Y me iría caminando
de Pudahuel hasta tus tetas
por Pudahuel y por tus piernas.


O en moto me iría
por la autopista concesionada de tu cuerpo
a cien por hora
en los dieciséis kilómetros de hambre entre tu puerta y la puerta mía.


Me tomaría el metro
y me bajaría en estación yogurt ula
ahí hasta el rapanui caminando
y en jota coma catorce segundos llegaría a tus destinos.


Montaría la bicicleta que se sabe tus rutas de memoria
derecho por las copas de alameda, derecho hasta el mc donald
bajando por las torres hasta la laguna a-sur.


Me subiría en micros que me recuerdan tus cristales y al viejo guitarrero
la cuatrotreintaytantos, la trescientosveintisiempre
(si sé, en la iglesia de la estrella me bajo frente al ekono).


Haría dedo a una luv doble cabina
solo para llegar de Pudahuel hasta tus cejas
por Pudahuel y por tus venas.

Vaquero.

.
.
.
.
- Salgo, corro y disparo. La mamá de Cristian lo llama a comer. Da lo mismo, el chico nunca ha sido bueno para jugar a los vaqueros. Siempre termina muerto y se queja el muy niñita. Sigo corriendo, disparo al Alfredo que se esconde detrás del poste, a mi prima Antonia, al Marco, al Ismael, el hermano del Marco. El Ismael fue el más fácil de reconocer porque anda con su traje de la primera comunión y se le nota a la legua. Arranco del Juan, me tiro al suelo, me echo tierra encima como los soldados de las películas, esos con camuflaje. Me levanto rápido y enfilo hacia la cancha, así, bien agachado, para que no me pillen. Reviso mi arsenal y mi botín. Tengo la pistola de palo del Cristian y la mía a fogueo, las bolitas del niño de la otra cuadra, un par de fichas de los Diana del centro y unas tapas de yogurt que si uno envía por correo se puede ganar una bicicleta Caloi. Esas con los cambios al medio, esas con una palanquita que subes o bajas si quieres ir más rápido o quieres más potencia, como para ir soplado y volar por arriba de los asientos de la plaza. Una vez vi una en el programa del canal 7 y son rojas y altas y pueden hacer acrobacias los que andan en ellas. Yo quiero ganarme una, así que guardo todo en los bolsillos, pero las tapas me las meto dentro de los calzoncillos para que no las encuentren por si me pillan. Mi hermano me enseño ese truco. Cuando la mamá lo revisa por si anda con cigarros, él se los esconde encima del pirulín y nunca lo han pillado. Escucho que el Mauricio anda buscándome y me quedo callado, desde que jugamos al Sol y le pegue la mensa ni que patada que anda con pica conmigo, además, la cancha está casi sola y si me encuentra capaz que me pegue un mangazo. A lo mejor, si le regalo mi pato de hule, ese amarillo que le gusta, junto con mi buzo que nada solito nos pongamos en la buena. Si el Mauro igual es buena onda. Antes me regalaba pastillas pololos y tomábamos leche con Nesquick de frutilla. El Mauricio es mi amigo, pero si quiero ser el campeón de la cuadra tengo que quedarme callado y esperar. Cuando se va, ya se está haciendo de tarde y debo ser el último hombre en pie. Si alcanzo a sacar la bandera con el arcoíris que tienen como tesoro en el patio del Juan seré el ganador, el mejor vaquero. El mejor. Salgo de mi escondite y veo que hay un montón de gente que corre hacia los pasajes por la cancha, me meto entre medio, los chiquillos nunca me van a encontrar. La gente se grita. Se busca. Yo paso por el medio y continúo mirando hacia atrás, por si el Mauro todavía está buscándome. No lo veo. Avanzo, me escabullo, salgo del mar de personas que corre, escucho ruidos de autos, veo luces, hay carabineros y perros. Ahora me gritan a mí, me ladran, que suelte el arma, que me detenga. Pero yo soy un vaquero, de esos que salen, corren y disparan y estoy tan cerca de ganar. Oigo un trueno. Me caigo, se me acercan. Hay niebla, me intento parar pero no puedo, me duele, me toco, ya no veo, sólo siento. Escucho a lo lejos a mi mamá, le digo que gané, que nadie me encontró, que estoy aquí, que me busque, que estoy mojado, que tirito, que me guarde las tapitas. Le grito. 



No me encuentra.
.
.
.
.

La historia de los Peces.




Habia una vez unos pececitos
unos cuyo amo olvidaba alimentar
y estos pececitos del aire iban viviendo
de las burbujas que brotaban se iban
y solos se sentian en aquella prisión de cristal.

Habia una vez una pecera
donde morían cinco pescaditos
cuyo amo olvidaba alimentar
y en cada burbuja morian
del aire que se escapaba
ellos también se iban

Y de esta historia no quedo ningun pececillo
todos murieron por aquel amo olvidadizo
que quiso tener amiguitos
pero que nunca se acordó de alimentar.

Imagen-Texto (dibujo)




Como encantador de espinas
como si volaran, bailando

me enredo

y lleno

los silencios blancos
en clave de luna
y de sol

en clave de ti
y de mi

en laberinto de serpiente
en cuellos de botellas
en sombra de pájaro

en ramas

en el humo del lápiz

en el desorden mordisqueado
de mis líneas







y de tus trazos.

Carne.

Mordiéndote me voy,
mordiéndote me encuentro.

En cada marca que dejo
me voy metiendo mas dentro
y tú en cada rasguño
me vas sacando el pellejo.

Arañándome me voy,
arañándome me pierdo.

Mi carne bajo tus uñas
mi boca como un silencio
y hundiéndose cada uno
al otro hundiéndolo lento.

Adentrándome te vas
Adentrándome te siento.

Nay el pescador.

..........................
..........................
..........................


Y vivía Nay apaciblemente.


En las mañanas, apenas el sol despuntaba llenando de luz los montes y bañando el mar con sus rayos, Nay se levantaba y lo primero que hacía era hervir un poco de agua, y con ella, preparaba la misma infusión de hierbas que su madre le hacía cuando era sólo un niño pequeño.

Luego ordenaba los aparejos y las redes que dejaba a punto la noche anterior. Cuando todo se llenaba de los sonidos del nuevo día, Nay tomaba una liviana merienda y partía a pescar en su modesta canoa de bambú.

Si la pesca era buena, Nay separaba un par de peces para improvisar una comida y el resto lo destinaba para la venta en el mercado del pueblo cercano. Por las tardes, desenredaba las redes y cortaba trozos de carnada para el día siguiente. 

Si la pesca era mala, Nay sólo se encogía de hombros e intentaba comprender el cambiante humor de los dioses del mar. Desenredaba y preparaba todo de igual manera para el siguiente día y por las noches, tomando su infusión de hierbas, Nay dormía pensando en lo apacible que era su vida.

Y así pasaba Nay sus horas, entre las redes y sus infusiones de hierbas, entre los buenos y los malos días de pesca, entre sus recuerdos de niñez y los cambiantes ánimos de los dioses que un día lo bendecían y al siguiente lo castigaban cortándole las líneas e impidiendo que  los peces  terminaran en su vieja canoa.

La única certeza en la vida de Nay era lo tranquila que era su existencia.

Un día, después de volver del mercado Nay vio a una pareja de zorros que discutían acaloradamente. Dejando los bultos en el suelo, se ocultó tras un árbol y se sentó a escuchar lo que decían:

―El shogun de la aldea es el hombre más feliz -decía el zorro más joven -sus riquezas se extienden hasta donde alcanza la vista, tiene esposa y concubinas que esperan complacientes todos sus caprichos y un ejército leal que daría su vida por él. Si pudiera ser humano, ciertamente sería un shogun.

―El abad es mucho más feliz –le replicaba el zorro mayor– entiende los secretos de lo conocido y de lo desconocido y los dioses le otorgan sus favores. Hay un séquito de monjes más jóvenes ansiosos de sus enseñanzas, que lo acompañan y sirven. Si existe alguien que seguramente es feliz, ese es el abad.

Nay escuchaba sus argumentos y encontraba que ambas creaturas tenían razón: el shogun por un lado, era un hombre poderoso y muy rico, su vida estaba libre de las miserias que él debía pasar, el hambre de un día sin pesca y el frío que se colaba por cada uno de los agujeros de su choza; por otra parte el abad conocía las estrellas y los dioses eran benevolentes con él. Sabía cuáles eran las fechas propicias para tirar las redes y anunciaba con anterioridad las llegadas de las tormentas. El abad nunca tendría que volver a casa sin ningún pez para vender.

Ciertamente, ambos eran personas muy felices.

Y Nay, saliendo del escondite, se alejó de los dos zorros y tomó el camino que llevaba a su hogar.

Al día siguiente, Nay se levantó más tarde de lo habitual. La noche anterior había soñado que él era el shogun de la aldea y que los hombres seguían sus órdenes sin replicar. Se vio cómodamente sentado mientras le rendían los más altos honores, disfrutando además de los más exquisitos manjares. Cuando despertó, se vio en la misma cama de paja que le servía de lecho desde hacía tantos años y una pena tremenda se empezó a incubar en su pecho.

Nay empezó a sentir pesar de ser sólo Nay, el pescador.

Tanta era su pena por ser sólo un simple pescador, sin más posesiones que una humilde choza, una canoa a mal traer y sus redes que debía reparar todas las noches, que ese día no fue a pescar; se quedó en la cama pensando cómo sería su vida si hubiese nacido con los dones del abad o en una familia noble como el shogun. 
El día transitaba lento y cuando por fin decidió levantarse, la luna ya había salido a llamar a las estrellas y a guiar a los navegantes. Viendo que ese día ya nada podía hacer, Nay volvió a su lecho y cerrando los ojos se imaginó siendo un gran monje a la cabeza de un enorme templo.

Desde entonces, Nay desarrollaba sus tareas de forma mecánica; se levantaba tarde y refunfuñaba si la pesca no era tan buena como él esperaba. En las noches se dormía pensando en que el shogun había cenado faisán y que el abad era atendido por sus jóvenes aprendices.

La vida de Nay ya no era una vida apacible.

Una mañana, saliendo de su casa, vio a una alondra que había hecho su nido en lo alto del umbral de su puerta. Miró al pájaro con recelo y le dijo:

―Pequeña alondra, ¿por qué haces tu nido en mi choza? Mejor hacerlo en la casa del shogun, ahí el abrigo de sus altos muros y sus recovecos te albergarán mejor que mi techo de paja.

―Estoy muy a gusto aquí –le respondió el pajarillo– ver salir el sol desde el mar me da ánimos para cantar y para poder volar alegre a buscarle comida a mis polluelos que pronto nacerán. En la casa del shogun estaré condenada a la sombra de sus muros y recovecos y mis polluelos se asustarán por el tronar de las botas de sus soldados y por las trompetas de sus vigías. 
Mucho mejor tu paja para sentirme feliz– le dijo la alondra.

―Tienes razón pequeña alondra –dijo Nay– aunque grande y majestuosa la casa del shogun es más una prisión que un hogar, siempre esperando a que otro gran señor de un condado vecino decida atacarlo. Los aires de guerra no son un buen lugar para criar a tus polluelos. 
Pero… ¿por qué no ir a vivir donde el abad? El templo es grande y libre, en él se respira paz y tranquilidad, los monjes te tirarán migajas de pan y tú podrás alegrar sus labores cantando y volando de allí para allá. El templo sí que es un buen lugar para vivir.

―En eso tienes razón ahora tú pescador –la alondra bajó y se posó en unas ramas frente a Nay– pero prefiero estar acá, sola frente a la playa. En el templo siempre estaré bajo la mirada de los monjes, terminaré dependiendo de ellos para mi comida y mis polluelos no podrán aprender a valerse por ellos mismos, ya que recibirán gratuitamente el alimento que deben aprender a conseguir. No podré tener momentos de soledad, disfrutar de un atardecer sin más compañía que el aire inflando mis plumas y el sabor del néctar de alguna flor mirando a las estrellas encenderse. Es cierto que la vida en el templo sería fácil y sosegada, pero prefiero tu umbral para vivir, si a ti no te molesta.

Entonces Nay, viendo lo que decía el ave, se dio cuenta de que su vida no era tan mala como había pensado hasta entonces. Tenía la tranquilidad de sentirse seguro y sin enemigos; su trabajo le proporcionaba todo lo necesario para vivir, sin tener que depender de aprendices ni seguidores que hiciesen las labores por él.

Nay entonces le dijo a la alondra:

―Amiga, me has enseñado lo hermosa que es mi vida: simple y sin grandes problemas. No tengo que guiar ejércitos ni enseñar doctrinas. Sólo debo sentirme bien con lo que tengo y agradecer el poder estar aquí, disfrutando de todo lo bello que antes nunca pude ver. No sólo quiero que hagas tu nido en mi choza, pequeña alondra, sino que quiero que me acompañes y disfrutemos juntos de todo esto que se nos ha regalado.

Y así, Nay y la alondra se hicieron amigos. En las mañanas el pajarito trinaba con emoción para despertar a su amigo, y Nay le llevaba de regalo bayas y otras cosas que encontraba en el camino. En las tardes, juntos veían cómo se ocultaba el sol y poniendo un pocillo en el suelo, Nay compartía con ella esa infusión de hierbas que tanto le recordaba los cantos de su madre.

Y mientras pasaban los días y los polluelos de la alondra empezaban a dar sus primeros vuelos,  Nay y la alondra se sentían felices.

Porque, si hay algo de lo que podemos estar seguros, es que Nay, la alondra y sus pequeños vivían apaciblemente.

FIN.

Nosotros (Imagen-Texto).

Y tú que me miras con ojos borrados,
de penas, de llantos, de amores pasados.
Y yo que te miro con ojo asustado,
como mirando el borde de un barranco.

Y que nos miramos con ojos gigantes,
de tus cien llantos, de mis soledades.
Y que nos tocamos con brazos de grandes,
de mis cien manos, de tus realidades.

Y que nos mentimos con frases de Valpo
que reconquista los tantos lugares.
Y yo que te miento con jerga de puerto
bajando al plan al final tus senos.

Y tú que me mientes con aire de centro
comiéndote hambrienta a los rascacielos.
Y cuando engulles, sin ver miramientos,
yo voy descendiendo al mercado porteño.

Y tú que me amas de forma silente,
gritando en silencio tu amor en pinceles.
Y yo que te amo con bulla de perros,
mordiendo madera, llenando de peces.

Y que nos amamos pintando paredes
tapando temores con casas de duendes.
¿Y que?, nos amamos, de extraña manera,
tu con tu mutismo y yo, con mi pena.

Mural

Quiltro (CANCIÓN), Cuarto Ejercicio Texto-Imagen.

Perro 01


Soy solo un pobre mal quiltro
moviendo el rabo por frío,
oliéndole el traste a algún perro
para encontrar el abrigo.
Soy solo eso, un mal quiltro,
mojándome entre los paisajes,
peleándole al gato con botas
la sombra de los matorrales


Y lánzame,
lánzame,
lánzame,
tira un pedazo de trigo,
dame un poco de tu carne,
que agua encontré en lo vivido.
Y lánzame,
lánzame,
lánzame,
deja un hueso en el camino,
que ya me muero de hambre,
que no te asuste el ladrido.


Soy solo un pobre mal quiltro
con pulgas de mil destinos,
moviendo la cola a tu sombra,
saltando si te persigo.
Soy solo eso, un mal quiltro,
aullando a la luna distante,
cambiándome el pelo por costras,
rogando a tu lo salves.


Y tócame,
tócame,
tócame,
que si me tocas yo vivo,
con tu caricia asustada
yo voy llenando el vacío.
Y tócame,
tócame,
tócame,
que si lo haces respiro,
te entrego mi lengua y pelaje,
te sigo hasta el infinito


Soy solo un pobre mal quiltro
con llagas de mil lugares,
moviendo la cola por frío,
esperando a que tu llegases.
Soy solo eso, un mal quiltro,
con rabia entre los colmillos,
y con el alma desnuda
sabiendo que iba a encontrarte.

(3º Ejercicio Imagen-Texto).

Ejercicio Texto-Imagen 3


LA IMAGEN ESTA ACÁ

http://entretension.blogspot.com/2009/08/ejercicio-texto-imagen-3.html

Principio

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Principio

Nunca he tenido mucho contacto con mis pares. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos hablamos. Ni siquiera recuerdo si alguna vez lo hicimos en realidad o solo fue una forma de apaciguar esta soledad silenciosa. Por mi parte, siempre me sentí un poco fuera de lugar, mi aspecto demacrado siempre contrastó con las formas de mis otros hermanos. Mis largas y delgadas extremidades no se podían comparar con sus robustos cuerpos. Y ellos, silenciosos, observaban altaneramente desde sus alejadas posiciones. No pronunciaban ningún sonido, solo miraban mis infructuosos intentos de parecerme a ellos, mientras el viento jugueteaba con sus frondosas cabelleras.
El hecho de no tener un sentido de pertenencia y de sentirme aislado, tanto de forma como de fondo, habían sido mis únicas dos certezas en la vida, o lo eran, hasta el día en que apareció ella.
Es difícil querer explicar lo que su llegada hizo nacer en mí. Nunca destaqué en externalizar lo que pienso y lo que siento. La verdad, nunca antes me vi en la necesidad de hacerlo.
Yo la veía desde lejos, pero poco me importaba mirarla a la distancia. No me importaba que sus visitas y paseos no me incluyeran. El solo hecho de sentirla viva, ahora, me bastaba para que mis días fueran más cortos y mis silencios más soportables. Algo nuevo y extraño se estaba germinando dentro de mí y me estaba transformando sin que me hubiese percatado.
El cambio fue de a poco. Fue un cambio constante que avanzaba sin poder detenerlo, sin que quisiera detenerlo.
Partí, primero, pintándome. Poco a poco. Verde. Los dedos, trémulos, vergonzosos. Una vez que empecé, todo se desarrolló de una manera vertiginosa e intensa. Al verde lo maticé con rojo, un rojo intenso, sexual. Lo imaginé jugoso y deseable. Que se pudiera tomar, tocar, que se pudiera jugar con él. Masticarlo, morderlo, que fuera uno con todos esos sentimientos que existían ahí solo por ella.
No sé muy bien cuando todo sucedió y la acción paso a trasformarse en historia. No tengo el recuerdo de cuando ella por fin dejó los límites del bosque y se acerco a mí y me vio. Con mis brazos verdes intentaba tocarla, que pudiera sentirme. Quería que me viera abrirme rojo al mundo por ella, cálido. Que sintiera en parte el fuego que me abrasaba al verla.
No recuerdo tampoco como pude armarme del valor. Solo sé que con un supremo esfuerzo rompí las llagas que me dejaron tantos años de silencios. Dentro de mí algo irrumpió, y una forma nueva de amarla nació, bella, audible.


¡EVA!- le dije.

Y Eva respondió.




enredado - enredadera


Trózame. (1º Ejercicio Imagen-Texto), Primer Texto.

enredado - enredadera

Trózame, córtame en pedazos pequeños de carne
vamos, ya lo has hecho antes,
(des)trózame por dentro penetrándome.
Con tus uñas descascárame, violenta y suave,
hazme sentir de nuevo el dolor que me es amarte.

Viola con tus hachas la salvia de mi base,
engulle sin miramientos mis ramas y follaje.
Vamos, sé que lo has hecho antes,
que no te tape el sol mis costillas terrenales

Prende fuego a mis porciones
que te ardan bien los anillos de mi aire,
es que estuve tanto tiempo esperándote
a que vinieras a arrancarme con tu amor
que no te detenga mi corteza sangrante.

Trózame, córtame en pedazos pequeños de carne,
engulle sin miramientos mis ramas y follaje.
es que estuve tanto tiempo esperándote.
No te arrepientas ahora de tus actos,
mátame a mi y mata también a mis brazos enredantes.

La imagen está ACA.

http://entretension.blogspot.com/2009/08/ejercicios-de-escribir-1-ejercicio.html

Des-Trozar.



Callo, siento, exploto, me sangran los dedos,
el café de Mayo no me trae el vuelto
y en tus ojos tristes, triste mi reflejo.
Como en una banca olvido los cuentos
y la noche fría me acompaña entero.

Una mariposa no levanta el vuelo,
en las estaciones no despega el suelo.
El soñar dormido no sueña los sueños,
el estar conmigo no asegura el sueño
no asegura nada, no amarra lo quieto.

Nada es lo que amarra, se sueltan los perros,
en la medianoche me llama un abuelo,
le regalo ropa y un cigarro viejo.
Como mil pedazos, me siento en un cuesco,
me giran las flores, con tu mano muerdo,
me llegan las copas y en los noticieros.

Me planchan la ropa con los pensamientos
y en lugar de aire me lleno de miedo,
como una hojarasca que le asusta Enero.
Siendo tú caballo me monto en tus dedos,
y en los unicornios me creo el arriero
de los elefantes de Dalí y del tiempo.

Con caleidoscopio de país sin reino.
como en una nube que ha perdido al cielo,
me voy alejando y no sé que siento,
y me voy matando y me muero entero,
y me voy marchando y no sé si quiero.

Me lleva el destino por los ventisqueros,
me deja desnudo y me dibuja encierro.
No dibuja nada, nada es lo que quiero,
no sienta más pena, solo sienta el sexo,
te sienta a ti misma, por mis derroteros.

Escapas.

Te me escapas de los ojos y del tiempo,
en los cables te descuelgas, como viento.
Te me escapas de los labios y del beso,
por los postes te me ocultas como vaca a matadero
y me tomas por la espalda, como si fuera ciego

Te me vas y lo adivino, se me escapa el vuelo,
como un sueño evaporado, yo me me voy...

...y ya no vuelvo.

Ejercicio de escribir.

Si yo fuera ambidiestro te escribiría con la zurda
de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda.

Así como los chinos

En sánscrito te escribiría.

Te haría unos mándalas con la nalga diestra
te pintaría un Monet con mi nariz nadando en acuarela,
haría una escultura de rodillas solo con los dedos anular y medio.
El meñique supervisaría todo,
no por ser el más chico no puede ser el más poderoso.

Correría las persianas de pestañas
solo para ver si el sol tiene algo nuevo que ofrecerme.
Me crucificaría el pene en un arrebato artístico-visual
sería una especie de instalación bizarra

10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
Números reales
Si incorporo además el conjunto Z me queda la Zorra

Mazinger Z

Dragon Ball Z

Plan Z

El Punto Z

La Zona de Contacto

La Z del Zorro

(ahí me queda la cagá, perdón, la Zorra)

Me chuparía los dos codos al mismo tiempo
si pudiera
puedo hacerlo alternando de uno a la vez
pero así no vale.

Lanzaría una moneda al cara y zeta
con mi cara buscando las respuestas
y con la zeta que vendría a ser el sello, lo que sella el alfabeto.
Con la derecha no haría nada productivo
a lo mejor una paja de vez en cuando
pero exceptuando los placeres onanistas,
la dejaría ahí quietecita no más.
Los resortes de mi cama me impulsan el espacio
Pero no me dejan dormir
Se salen inquietos de tantas cachas que se le han pegado encima.

Reclama haciéndome mierda la espalda.

Me dice:
¡Mira gueón!, me hiciste cagar culiando, así que yo de puro culiao no te dejaré dormir bien.

Y ahí quedé, no tengo ni uno para colchón nuevo
y ya lo di vuelta por todos los lados posibles
solo me queda dormirme por el canto
y si pudiera, chucha si que lo haría.
¡Hasta un coito me pegaría así de ladito!

¡Que venga a reclamarme de nuevo el colchón conchesumadre…!
Lo voy a regalar y que le duerma encima un aguelo del hogar de cristo
pasao a pichí y cagado hasta el ombligo.

¡A ver si se queja tanto el gueón entonces!
Te me sales rojiza de pensamiento
como parto avanzado, así pariéndote.
Con unas uñas unidas a uñetas hechas de uñas de gato
que lastiman mi corteza cerebral mientras sales roja
por mi sangre brotando a borbotones de los rasgados de guitarra

Así como poeta escribiría que me sales verde
Como brisa fresca de mañana, fresca de tanto verde.
Pero no, roja saliste de mi mente,
manchada en coágulos de mi despedazado cerebro
sin tanta palabra rebuscada, solo te abriste paso de manera real
dañándome por cierto, pero real.

Entremezclada en dibujos fornicando
y siluetas de piel te fuiste formando.
Clásicamente orgulloso nunca dije nada
me las banqué solito, me las comí calladito
hasta que la guata cerebral no pudo más y estallaste naciendo

Ahora deberé dejarte sola
arranca de mis cadenas de ADN que intentan atraparte
los glóbulos blancos con los que te limpiabas los dientes
de esos también arranca, el rojo te delata
pero déjame solo un par de neuronas sin hacerlas cagar cuando salgas
las necesitaré por si vuelves, para reconocerte.
Guerreo con tu lengua con mi lengua traposa
y me tiro en el resbalín de tus paletas disparejas
con tus molares-bongós me da por tocar unos bosanovas

Pero todo es ilusorio, nada es lo que parece

Me subo por tus tetas como pared de escalada
y me caigo de golpe al abismo de tus piernas
hago descenso en bicicleta por los cerros de tus muslos y de tus nalgas.

Pero todo es pasajero, nada es como pensamos.

Me descuelgo por detrás hasta llegar profundo
sintonizo emisoras con tus pezones-perillas
me peino con los espejismos de tus ojos
y troto en el valle estomacal entrando al bosque de tu sexo

Pero todo se complica, nada es lo que debiese.

Ingreso a tus neuronas electrizantes
en rojo las matizo con un pincel de labios
y estando allí, flexionándome en tu mente
no quiero salir ya de nuevo al vil espacio.

Todo es como parece, nada es como pensamos
Aquí nada es transitorio, todo es como soñamos.
El le teme a la noche fría,

a los orgasmos ovulados,

a los besos que le saben a ausencia.



Le teme ante todo a su característico problema de querer enfocarse y pensar en todas las aristas de un problema y de sus posibles consecuencias y posteriores soluciones.



Teme el pensar los orgasmos, los besos y los problemas anteriormente mencionados.



Le teme amar.



Se despacha unas frases para el bronce en una habitación terriblemente sola, donde aún estando en compañía no puede evitar sentirse así, solo.



El le teme a las cosas cotidianas,
y disfraza su temor con cotidianidad.

Se para en la punta de los pies cuando pasa por el metro
Y se sienta en los bancos de alguna plaza con juegos infantiles.



Obviamente no se sienta en los planetas ni se para en punta de pies en trasbordadores espaciales, es que disfraza su miedo con cotidianidad, fumando mientras camina acompañando a sus temores en el camino.



Le teme también a ser feliz.



Avanza volteando por la vida, como una camisa dentro de una máquina lavadora de carga frontal, como un caleidoscopio que de cagado solo tiene piezas de un solo color.



Que se arriman, se ajustan, se dispersan.



El le teme a no ser suficiente

a pensar que nunca servirá para merecer análisis profundos.



Que su paso por la vida no será más merecedor de atención que un poco de cereal con leche que cayó sobre un piso de flexit. Eso quiere decir casi nada de atención, ya que el flexit se limpia rápidamente, con un paño o con una estopa, en cambio si hubiese sido sobre alfombra o sobre otro tipo de pavimento, esta analogía no podría haber sido llevada a cabo y la atención hubiese sido mayor de la que se desea expresar.



A eso también le teme.



Le teme al temer y al saberse temido,
porque sabe que yo le temo profundamente a él
a que de una vez por todas destruya lo que se ha intentado edificar
a que las palabras no sean más que medusas en aguas turbias
o mantarrayas matando a conductores de programas sobre la naturaleza
que de una vez por todas sea el quien tema su propia temor
lo viva, lo disuelva
y no termine siempre disolviéndome a mí.

Mi tiempo contigo.

Como sigo el sol alto de septiembre
y me escapo de las lluvias invernales
y tiemblo el frío mayo en tu abrazo lleno
y me hundo en ti primaverales tardes.


Así paso mi vida, mi amor,
mi vida contigo.


Y despierto, me levanto agradecido
y la mitad del día ya te llevo mediodía imaginado
y cuando se oculta el rojizo astro del ocaso
yo solo espero a la noche para poder verte


Así paso mis días, mi vida
mis días contigo


Y temblando en tus brazos aquellos fríos
y pasando todo un día imaginándote
y esperando la noche que termina con tu ausencia
y hundiéndome en ti, hundiendo cada instante

Así paso mi amor,
mi vida,
mis días,
mi amor contigo.

Trágico

- Y estoy aquí, tan trágico
como un soneto triste de Neruda.
Como una musa, un volcán, la penumbra,
como una cama que no ha conocido el arte

que es amarse.

Como un montón de versos
envejeciendo en el papel,
sin que haya nadie capaz de reclamarles.

Trágico.

Como aquel cielo estrellado
que en realidad solo tiene estrellas muertas,

que ya no están.

Como un mundo pariendo a costalazos
a planetas destinados a girar, orbitando.
Un sol a punto de apagarse,
un montón de historias tristes,

así,
tristes,
trágicas.

Como flores de cementerio
abandonadas,
secándose en el calor de una tumba.

Y estoy aquí, tan trágico
como un lobo enamorado de la luna,
como este tonto poema mal pensado,
que fue trágicamente elaborado
y por desgracia lastimeramente escrito.

Y si mejor.

Me moriré de fumar si tú fumáras

pero soy yo el que fumo

así que mejor no muero.


Y si fuera de amarte mejor

me entrego,

me cargo,

me ciego,

me abandono,

me pongo meloso

y tierno.

Compongo canciones

a tus zapatos multicolores y pequeños,

a los pescados de tu techo

y a los hombres de madera y plastilina.


Y si fuera de amarme mejor

me comprendes,

me aceptas,

me miras con tus ojitos sorprendidos

y ríes.

A mis palabras sin sentido

y a mis miedos infundados

a mi cariño elegido

y a mi actitud de cabro chico.


Y si fuera de amarnos mejor

nos entregamos,

nos cargamos,

nos ponemos melosos

y tiernos.

Nos comprendemos

nos aceptamos

nos miramos con ojos sorprendidos

y reímos.

De tus zapatos colorinches,

de los peces colgados en tu cielo,

de los hombres de madera y plastilina,

de mis palabras sin sentido,

de mis miedos infundados

y de mi actitud de cabro chico.



Y a nuestro cariño elegido

mejor le hacemos caso

el cual me dice, nos dice



Sigamos.
La vi en fotos reflectantes
de mis sueños no tan húmedos,
porque yo ya no duermo en orgasmos olvidados,
no me muevo en laberintos minotaúricos,
prefiero los pasillos de hospital.

Y es más.

Yo la retraté en una polaroid ajada,
y corté su cara en rompecabezas intrincados
escuchando vieja trova desgastada.
Le puse consonantes a la cintura
y un par de adverbios a sus verbos
singulares y predicantes.

Ordené a las nubes como marcos
de los sueños ya soñados donde está
esa foto retratada de palabras
y pixeles
y granos en la imagen
con ruido de la baja exposición.

Porque yo, no soy ni un buen fotógrafo
en los sueños, ni en los pasillos de hospital
donde el flash esta de más.

No soy un buen amante ni en los sueños
no tan húmedos de orgasmos olvidados.

Pero armaré el rompecabezas
con palabras robadas a la trova, nueva trova
o de la antigua desgastada, que más da.

Me dormiré mañana con un sodoku como almohada


Quizás los números son lo mío.

.

Y las silabas me botan por el suelo
intento arrancarme, deseperadamente,
pero, no, dale y dale con hacerme zancadillas
que caiga, que re-caiga, que reincida.

En en suelo no soy más que polvo
polvo gris como la calle
de cemento, de asfalto
no ese polvo lindo que hay en el campo
en la llanura, en el negro espacio.

Yo soy polvo de ciudad,
manchado y pisoteado hasta por los chicles
y las sílabas se suben en mi espalda
como que en el suelo debo verme mucha más lastimero
ya que no hacen ni el intento de salir de sobre mi


Me paro
¿o no me paro?

mejor me pararé

Ya que el próximo escrito será diferente
no tan malo ni weon,
hablaré de mis aventuras eróticas supercalifragilisticoespialidosas
o de como no he parado de sufrir por ti, por mi, por tu antiguo yo (pero ya no más por ella).










Pamplinas!!!!

estoy la raja, hay una chica que me ama,
un perro grandote y otro chiquito
no escribiré sandeces, mejor me pararé

porque se me acabo la plata del ciber.
Me como unas papitas marca Kriyspo

(sí, esas...


...las del comercial donde un tipo queda con la mano atrapada)



y escucho el "Moda y Pueblo" de Fito Paez

(antes escuchaba un disco de Chinoy, uno que no tengo ni pico idea como se llama)




es bueno el Chinoy ese, y mi tarro de papas es muy chico para que me queden las manos atrapadas.




(si tuviera manos de muñeca podria ser factible, pero, las manos las voy criando con callos y otros menesteres que las hacen crecer sanas y fuertes, casi como si tomaran Milo)




No son manos enormes, pero tampoco son chiquiturris.

......................................................Son manos no más. Mias.






Y las papitas que se me acabaron igual fueron mias.
............................................................Por unos breves instantes.




Como mios fueron los rayos de sol, tangenciales, precisos.

que me hacen pensar cosas como está:


"Como nubes en cielo llameante
asi estoy yo, amor
Esperando que la noche venga y la apague...

...y asi vendrás tú, también de noche
apagando el fuego que me generan los días
sin tí y sin tu presencia."


Aunque de día también se me ocurren guevadas, algunas muy melosas, y otras muy, muy triste


(me dan lata las cosas tristes, me da lata estar tan sensible, me da lata pensar)



Y le escribo a ella cosas como esta también


"Como mote con huesillos son tus besos


..........................................................................jugosos

.................................refrescantes

.tiernos...
.............son los huesillos de tus labios llenos


abundantes en dulzor
y bañandose en pasión



.....................................................son tus besos"






Le hago vista preliminar a esto del blog

(chucha, estuve a punto de decir "Facebook")

Antes era el fotolog

o el messenger

o el Irc

o los chat cochinos del Latinchat

Pero ahora es el facebook quien la lleva.




Pero el blog igual es válido

(aunque solo me lea la Sandra)
Y me postea porque me ama.



Pero con la vista preliminar no me salio ninguno de los espacios que le di al blog

(gueas, pero para mí importante)













..............................................Se pierde todo el sentido de los textos.
¿Como?, nadie le aviso que esta haciendo puras tonteras
nadie le digo que al final no importa nada
es extraño que las alondras no hayan tenido la decencia de decirle que esta puro cagándola.

No escriba mas mierda!

No nos gaste los bytes y los megapixeles con sus guevaditas.

¿No ve que a las amapolas y las golondrinas las tiene chata de tanto que las nombra en sus escritos?

Mejor, dedíquese a otra cosa.

Váyase de aquí y déjele la pega a los que sí saben hacerla.

A los que merecen de verdad un par de insultos o de preces en sus caras.

¿Que?

¿No escucho?

¿Usted es gueon o sus papás son primos?

Ya, rapidito, que se pone el sol y a esta hora todos esperan buenos versos.

Sombras

Intento ocultarme en las sombras,
sostener en ella mi corazón sangrante.
Leyendo y apretando,
creando ríos sangre.

Estos ríos se llenan los causes con tu llanto,
y cayendo la lluvia de lágrimas salares.

Abatido estoy, cansado y desangrándome,
descoraznado de vacuidad impúdica.
Y mojándome.

Avanzo por corredores de huesos y plumas negras,
me sujeto en las frías paredes, trastabillante,
resbalándome en el piso, rojo por mi sangre,
y el agua,
y la sal del río,
y las sombras tutelares.

Se escapa de mí el vacío
y sufro también al recordarte,
imágenes borrachas y textos lacerantes.


No puedo contra eso, ya no es importante…
porque muero
y ya es muy tarde.

No.

No te vayas de mi lado
Princesa de harina y levadura,
no te escapes de mi vista y de mis brazos…

No te vayas nunca.

Que seas siempre mía, pequeña hada de mi alma,
como ya eres parte de mis ojos y de mi habla.
Llena mi vacío con el verde de tus alas,
el violeta de tu cuerpo, el tornasol de tu mirada.

Nunca dejes que no sienta
Tu olor a pan fresco de mañana.

La Cuarta, pasa la Cuarta.

.
.
A ver niña, dígame
¿Qué cosa espera de mí?
Ya me dijo, no soy empático, o sea,
soy mucho menos de lo que pienso.
Entonces ¿Qué quiere?
Yo ya le dije lo que pensaba,
como pensaba plantearme la relación
de sociedad no tan anónima.
Pero no encuentro como complacerla.
Tomé en cuenta que nunca me he tirado un pedo frente suyo,
y nunca se me ha escapado un eructo ni me he rascado las pelotas.
Me he preocupado de andar con calzoncillos limpios,
y de no andar con olor a sobacos.
Siempre olorosito me ha pillado.
Le cocino cositas ricas,
y cuando lo hacemos me preocupo por usted,
si le duele lo saco, si le gusta me aguanto el dolor.
No seré empático, pero pucha que me esfuerzo.
A ver si con el tiempo me enseña a ser eso que usted quiere,
me haré un poeta maldito para que no extrañe tanto el olor a copete.
.
.

Mientras te volteabas en mi cama
Me pregunto si fue un buen sexo el que tuvimos
si no te incomodó el sobrepeso, el pene pequeño.
Porque de verdad yo me esforcé.
Quede con dolor de brazos de tanto darnos.
Te entregue lo mejor que pude.
Ya sé, no es mucho, pero creo con práctica mejoraré,
pero eso me hace falta, práctica.

Mirando tu cuerpo pálido dándome la espalda,
no puedo dejar de pensar que es como una abstracción.
A lo que yo represento, en tu vida, en la vida misma:
El Chacal de los Telepizza y de las papas fritas con huevo.
La botella de Absolut también me ayudo,
no solo fue el don de la palabra
o la pinta de gurú friki.
Pero ahí estás, mostrándome las nalgas,
borracha y jodida por todos lados.
Tú no te acordaras pero te lamí hasta la molestia
Un poema corto me pediste.
Uno duro, extremo, que no llenase de cursilerías,
donde pudiera escribir “pico”, “zorra”, “sexo”
y no sonara fuera de lugar.
Aquí está tu poema corto,
sobre una pareja que fornica
sin mediar amor, sin mediar cariño,
solo se entregan al frenesí del coito
fuerte, sucio, así, rico.
Diciéndose guarradas al oído.
El le dice “Te meteré el pico hasta el fondo”.
Ella responde “Si papi, lléname la zorra con tu miembro”.
La palabra sexo no la pongo escrita porque todavía la están haciendo.
Me parece que debo escribir de otra manera
Utilizar alguna metáfora acordándome del sexo distraído en la mañana
(Que no fue tan distraído)
Recordar los oblicuos intentos de querer ser más que la nada misma
(Que de nada tiene todo)
Abofetear con la mirada aquello que por un instante creí que podría hacerme feliz.
(Felizmente abofeteado)
Ocultarme del negro cuervo que sobrevuela con alas también negras
(No podían ser de otra manera).

Entonces todo está bien,
Escribiré
Recordaré
Abofetearé
Y me ocultaré después.
Pensando en cada una de las ventanas que cerré
para que no entrara el frío y ese cuervo.

Pintaré

Pintaré
un jardín de amapolas y alhelíes,
en cielo de estrellas fulgurantes.

Mientras tú
Dormida me soñabas los pinceles
y las telas, arrebol en bastidores
de tus ganas.
Mientras yo,
con tus lágrimas combino mis colores
el rojo en jacintos,
Y el azul, lo trasformo en amarillo
Verde trigo, en un clavel.

Pintaré
un jardín de amapolas y alhelíes,
en cielo de estrellas fulgurantes.

Mientras tú
Te mueves tan inquieta en la cama
Moviendo ese cuerpo pequeñito
Estremeciendo a los jardines
Traspirándome agua fuerte de las fuentes
de mis ganas.

Mientras yo,
cromático te envuelvo en mi mirada,
soñándome una vida de optimista jardinero,
de un artista enamorado, un obrero de tu cuerpo
pagándome el salario en ti,

Pintándote.

Mi Primer Intento

Y miré
por el prisma de tus ojos,
yo miré.
Por el Aleph de tus sentidos
yo miré.
Y me vi, dibujado de recuerdos secos
hojarascas del destino,
apariciones, comentarios de los libros
que leí
alguna vez.

Y miré
algunos cuadros, tus dibujos
de mujeres mutiladas
con un dejo de esperanza
en sus caras, en sus cuerpos
serpenteantes, solitarios
y a la vez, me percaté
que sus miradas apuntaban
hacia el cielo,
donde estaba un principito
tembloroso de incesantes
desazones, que intentaba sonreírle
a la vida, a tus ojos, a las mujeres con sombrero
al Aleph de tus sentidos
y todo eso, yo miré.

y miré,
me metí bajos tus manos,
me salté los fundamentos,
me deshice en pedazos
de cada uno de tus llantos,
rebané cada sonrisa, para poder hacer con ellas
muchas risas.

y miré
por debajo de tu blusa, de tu falda,
por los pliegues tironeados por el tiempo
por tu pubis cual victoria
las frutillas de tus senos,
aquel olor a tu sexo en las mañanas, sumergido
dando gracias a la vida, a tus ojos, a las mujeres con sombrero
al Aleph de tus sentidos
y todo eso, yo miré.

El Metro, Unidad de Medida.

DSCF4302

- Pasaron trescientas veinticuatro personas antes que cerraran las puertas de la estación. Espero quince minutos con treinta segundos hasta que las volviesen a abrir. La divisó entre la cuarta o quinta persona delante de el.
En el Vagón esquivó cuatro mochilas y dos paraguas para poder acercarse a ella. Pasaron otros cinco minutos para armarse de valor y hablarle.
Ella, en las doce estaciones y dos trasbordos que duro el trayecto, se dio cuenta de que era el indicado. Tardaron un año y siete meses en subir la cifra de dieciséis millones de chilenos, a dieciséis millones, más uno.

Eres.

Eres ese trazo trémulo que me bosqueja,
una fina línea que me trasforma en silueta.
Eres un par de párrafos, una frase entera,
una inacabada oda, eres empezar el poema.

Eres todas mis dudas y a la vez
eres quien libera, quien emerge de estas letras.
Eres una promesa de esperanza,
un color verde que me pinta, pero no eres el violeta.
(Ese color terminó muriendo junto a la flor y quien lo espera)

Eres el terreno fértil, eres también semilla abierta,
y así como eres el musgo, eres igual de tierra seca.
Eres una encrucijada de caminos
dos caminos diferentes que no se cruzan
sino que solamente...


...solos...


...se encuentran.

Pedro Pablo...Uno más (Capítulo Cuatro)

Tomo el Metro en dirección a la casa de mi abuela para pecharle teléfono y unos panes con jamón que seguramente me comeré después de fumarme un pito en la Plaza Egaña. Mi abuela es de esas viejitas medias “lolein” que quieren llevarse bien con sus nietos y toda esa manga de cosas que las hacen sentirse menos culpables por haberles sacado la chucha a nuestros progenitores. La cosa es que mi abuela en su afán de modernizarse, empezó a asistir a clases de computación en la casa de la cultura de Ñuñoa.

Empezo de a poco conociendo el computador y algunas de sus aplicaciones, experimentó con el correo y se convirtió en un as del Chat con los otros abuelitos. Lo malo es que ahora mi abuela se la pasa conectada todo el día y hasta se compro un PC con web-cam para no salirse del Messenger. Mientras chatea se pone a escuchar reggaetón a todo chancho y llama a la radio Hit para pedir temas.
Es bastante raro tener una abuela pokemona.

Cuando llego a su casa, lo primero que veo es que esta posando con una cámara Sony para subir las fotos a su Fotolog. SU Fotolog, ¿Me entienden?, yo con cueva escribo una columna y mi abuela anda preocupada por obtener una “Golden Cam” y que la agreguen a sus favoritos.

Cuando me ve corre a saludarme y me ofrece un vaso de bebida con un pancito con queso que yo obviamente acepto gustoso. Mientras va por ellos, me siento en el compu a revisar mi correo y aprovecho de intrusear en sus ventanas de Chat. Ahí me entero que mi abuela es más mentirosa que la chucha. En el Chat se hace llamar Cony, tiene 17 años y es Anoréxica. Se define como Pelolais y que sus papas no la entienden. La cago la Vieja.

Después de tomarme la Coca-Cola y de darle el bajo al pan con queso, parto hacía la plaza provisto de mi amiga sativa, el pan con jamón para el bajón y un par de cigarros para después del despegue. En momentos así entiendo porque le dicen el Aeropuerto a la Plaza Egaña.

Mientras camino por entre los arboles llamo por teléfono al Pelao para que compartamos la volá y nos riamos un rato. Me dice que en estos momentos no puede acompañarme, que está súper metío en el chat cuantiándose a una pendejita de 17, llamada Cony, que por lo que parece, esta lista para caer en sus redes. Cuando corto el teléfono, pienso en lo chico que es mundo y en lo bien que lo pasará mi abuela si le resulta con el Pelao.
Ahora estoy solo, rodeado de primos y tías preguntándome sobre que quiero hacer con mi vida, pero solo. Todo se llena de dudas que me hacen zancadillas a cada vuelta de esquina, pero que al final, solo sirven para ponga de pie y le haga un gran olluo a la vida. Dios fue muy sabio al mostrarlos formas tan efectivas y rápidas para demostrar nuestra ira.
Spinetta suena por los parlantes del notebook mientras escribo. El mp3 fue una de las mejores invenciones del ser humano. Se nota que el instinto de obtener las cosas gratis y con el mínimo esfuerzo predomina a la hora de intentar inventar las invenciones.
Falta media hora para que empiece un maratón de los Archivos Secretos X en el canal FOX. El hecho no me importaría tanto si no fuera porque la Eileen ayer me hablo de que el agente Murder y la agente Scully le rayaban cuando era más pendex. La Eileen es de esas chicas que le rayan las cosas por temporadas, antes le rayaban los policías de lo paranormal y hoy le rayan los paranormales de frentón. Me gustaría ser paranormal de repente para rayarle a la Eileen. Lo malo es que soy un humano y ni siquiera sé representar bien ese maldito papel.
El Vicho anda con unas de sus teorías extrañas para explicar el origen del Ser Humano. Según él, somos como una especie de Sea Monkeys divinos.
La historia comienza más o menos así. Estaba Dios aburrido y como no tenía nada mejor que hacer, abrió el sobre de los Human-Monkey. Espero los 6 días remojándonos en agua y al séptimo día descansó viendo a sus guarisapos evolucionar lentamente.
El problema es que no contento con eso, quiso que hiciéramos más cosas que nadar y echar burbujitas. El Vicho cree que ese mismo día no encontró nada más interesante que cagarnos la existencia inventando la religión y la política. Con eso si que nos hizo más interesantes pero también muchísimo más imperfectos.
El problema mayor va ser cuando, al igual que lo Sea-Monkeys, hagamos mierda el agua donde nos puso el ocioso del Creador. Definitivamente creo que el sentido del humor divino es bastante cruel y poco higiénico.
Yo personalmente nunca comparto mucho las teorías del Vicho, lo único que sale a cuenta compartir con el son sus cervezas y sus pitos a medio fumar que guarda para cuando ocurra la escasez mundial de marihuana.

La verdad es que en momentos así lo mejor es salir a caminar solo y pensar en otras cosas.
A mi papá se le metió en la cabeza que todos los domingos debemos ir a misa en familia. Según él, así formaríamos lazos más profundos y compartiríamos como gente normal. La idea me pareció bastante mala hasta que vi la programación del cable y me di cuenta que el domingo en la mañana dan puros bodrios. Como respuesta, me vestí lo mejor que pude y cambié mi polera de “Nirvana” con hoyos por una completamente blanca. En ocasiones hay que complacer a los viejos, uno nunca sabe cuando se va a necesitar algo de ellos.

En la iglesia estaban un grupo de señoras vestidas todas iguales, eran como la versión seniors de las chicas brit-pop. Estaban pidiendo plata para darle de comer a unos ancianos o algo así. Yo personalmente si fuera viejo preferiría que me dieran plata para comprar la serie de los años dorados en DVD, a que me compraran un lomo a lo pobre.

Después de que el cura nos bendijo a todos nos fuimos a casa y luego cada uno por su lado, el Roberto se puso a jugar “Dead of Alive” en la X-Box sólo para verle los colaless a una de las chinas que pelea en el juego, la Constanza se fue a mirar a su nueva amigui en el canal del angelito y yo pesqué el teléfono y llame al Vicho.

-Oye, te tengo una propuesta de negocios.
-¿De que se trata?, estoy ocupado viendo los Simpsons
-El próximo domingo nos vestimos de terno y nos vamos a pedir plata afuera de la iglesia
-¿Para eso me llamas?, no ves que es el capítulo donde Bart inunda el gimnasio y después descubre la conspiración de la federación de beisball.
- Pero… en serio, es buen negocio, piensa que con la plata que ganemos podemos comprar la temporada completa de los Simpsons si queremos.
-Ya, mañana hablamos, ahora va viene el episodio cuando Marge se come a Homero por error y tiene que hacerse una cesárea para sacarlo.

Como el Vicho se había mostrado no muy cooperador con mi nueva microempresa decidí llamar al Chino Manteca, él siempre apoya las nuevas experiencias laborales.

- ¿Alo Chino?, habla el Pedro Pablo.
- Hola lokillo, ¿Por que ese afán de decir tus dos nombres?
- La verdad no sé, suena más cool supongo.
- Ok “cool”, ¿Para que llamaste?
- Quiero armar un negocio, los domingos en vez de quedarnos viendo tele, salgamos a pedir lucas afuera de la iglesia. Será total, diremos que somos un grupo de jóvenes que necesitamos capital para desarrollar nuestros talentos y ocupar nuestras horas de ocio.
- ¿Cuáles talentos?
- No sé, quien bebe más cerveza sin vomitar antes.
- Habrá que buscar otros talentos creo.
- Bueno, eso lo vemos en el camino, ¿Estas con nosotros?
- ¿Quiénes son “Nosotros”?
- El Vicho, tú, yo, y quien quiera participar. Quizás algún amigo de mi hermano con cara de enfermo para que a la gente le de lástima…
- Buena idea, podríamos dar incentivos por colaboraciones, ¿Todavía tienes ese video de tu hermana mientras se ducha?
- Tengo que buscarlo, pero tengo uno de mi hermano masturbándose, ese se lo regalamos a las señoras que cooperen.
-Genial, entonces estoy adentro.

Luego de colgarle a Chino me di cuenta que nací para ser empresario. Es algo que se me da solo. Cuando le cuente al Piojo sé que estará orgulloso de mi, siempre me ha dicho que debo ganar mi dinero honradamente en vez de andar exprimiéndoselos a mis viejos.

Acabo de encontrar el video de la Coni, pero por si las moscas voy a grabar uno nuevo. Antes eso sí iré a jugar un rato con el Roberto, no se que tiene esa china pero hasta yo la encuentro rica.
Nunca entendí realmente la razón por la cual escribo. Es más, aun no me la explico totalmente.
El hecho de que mi mejor amigo sea editor de una revista juvenil puede ser una causal. Que mi hermana sea la periodista rica a la que nadie pesca pero todos le miran las tetas también me pudo llevar por el “lado escrito de la fuerza”.
Que mi mamá se la pase todo el día en messenger chateando con sus “amigos” mientras mi papá discute sobre la política de un país al cual con cueva le sabe el nombre quizás me derivo al mar de las letras.
Todas las hipótesis me suenan validas, pero la verdad es otra, escribo porque lo necesito, y porque además, me pagan por ello.
Mi vida transcurre de una manera más bien monótona. Vivo en una casa a toda raja. Mi papa es gerente de una multinacional y mi mamá es motivadora personal. O sea, se dedica a decirle a otra gente que ellos son lo mejor de lo mejor, el hoyo de queque, la guinda de la torta. Si esa persona le cree, mi mamá se gana un buen billete. En el caso de no creerle, ella lo manda donde su amiga sicóloga y se gana una comisión.
Tengo dos hermanos. Roberto, cuya única motivación en la vida pareciera ser masturbarse, y la Coni, periodista de profesión, pero que obtuvo su titulo gracias a Papito-Card, versión platinium.
El Boberto, como le dicen sus compañeros, va en 2º medio de un colegio donde tirarte un peo te lo cobran a 20 lucas. Se supone que con lo que pagan los viejos, el Roberto tendría que saber hablar hasta chino mandarín, pero mi brother con suerte domina parcialmente el castellano.
La Coni, en cambio, además de hablar en español, conoce un sinfín de términos ingleses: “Mall”, “Shopping”, “Daddy”, “Break” y algunos que a tenido que utilizar para llegar a donde está: “Fuck Me”, “!Oh, my God!” entre otros.
Yo, voy en 3 año de Educación Física en una universidad donde mi viejo es una especie de asesor en no se que cosa. Pero debe ser algo importante, porque con la cantidad de clases a la que falto, a otro lo hubieses echado hace rato.
Ahora bien, como conocen a mi familia es hora de hablarles de mis amigos. No es que valga la pena hablar sobre ellos, pero gran parte de mi vida está ligada a esos sub humanoides, así que hacerlo me resulta totalmente necesario.
Primero esta el Vicho, tiene 38 años y aun vive en casa de sus padres. Trabaja como editor de una revista juvenil onda “hardcore-teen-emo-tecno-pop” donde yo en teoría publicaré estos escritos y con las lucas que me paguen, costearé las drogas que consumimos mientras miramos cine Gore y bebemos cervezas como malos de la cabeza.
Está también el Pelao, que por razones lógicas le decimos de esa manera. Trabaja como guardia en un supermercado y esta como cagao por esa onda. En medio de los carretes se pone a seguir a los trashers y cuando esta curado pide que llamamos a charly 2 para ir a tango 1, cuando preguntamos si se siente bien solo responde con un “10-4”.
Piojo es quien le pone color al grupo, guevea al pelao de que se lava la cara hasta que se da cuenta que llego a la espalda y al Vicho que parece promotor de Laboratorios Chile. A mi me dice que con toda la plata que tengo podría de una vez por todas hacerme esa lobotomía que tanta falta me hace.
El Piojo es una especie de artista experimental, de repente se le ocurre salir a tirar rollos de confort a los árboles del Bellas Artes, o con un spray hacerles una línea blanca a los perros callejeros para crear “perros punkis”. Lo mejor de todo es que le pagan por ser como es. Eso lo encuentro notable.
Hay veces en que nos juntamos los cuatro y suceden cosas bastante descabelladas, pero lo más probable que haya ocasión de contar todo eso en un próximo número. Siempre y cuando el Vicho me pague por todo el tiempo que invertí escribiendo esta wea.

Salud.
Aquel sapo era infeliz. Saltando y saltando era solo una mancha verde que se movía rítmicamente. A veces veía a los hombres caminar cerca del estanque y le daba una pena tremenda.

Un día, mientras paseaba por el bosque, la diosa Bondad vio al pobre sapo llorando al borde de la chépica.

- Hola pequeño amigo - le dijo - ¿Porque estás tan triste siendo tan hermoso día?

- Mi bella dama - contestó el sapo - No me gusta ser lo que soy, no estoy conforme con croar y saltar todo el día. Odio mi color verde y siento unas ganas incontrolables de poder bailar de pie, derecho, como los seres humanos.

La bella Diosa escucho atentamente las palabras de aquel ser y mirándolo tiernamente digo:

- Yo puedo concederte tu anhelo, amigo mío. Solo tienes que desearlo fervientemente y yo lo haré realidad.

Entonces él sapo, cerrando sus ojos de sapo, pensó en querer ser humano, y lo deseo de tal manera, que sus patitas verdes llegaban a estar tiesas de lo concentrado que estaba.

Al abrir sus ojos, lo primero que notó fue que la hermosa mujer no estaba ya junto a el.

Luego, de un sopetón, cayo en cuenta que su piel ahora era de un inacabado color rosáceo y de que tenia sus extremidades mucho más largas.
Salió a caminar con ellas.

Mientras más avanzaba por el borde del camino, más triste se iba poniendo. Recordaba vagamente una sensación tan placentera que ya no le era propia, añoraba poder saltar alto y mas alto rítmicamente. Miró a una rana verde al borde de la chépica y sintió una envidia tremenda.

El hombre se sentó abatido al borde del estanque. Cuando la diosa Bondad que paseaba por ahí lo vio y le dijo:

- ¿Porque estás tan triste siendo tan hermoso día?, amigo mío.


Dedicado a quienes escriben para los niños, y también para los que tienen un niño que se niega a crecer
Sin querer no obstante,
y sin embargo.
Cada cosa que te digo
y que tú me escuchas,
están trazadas por la indivisible línea
del deseo y el desarrollo
de la palabra y la idea.
De la moral y la incertidumbre
de decirte lo que pienso
y lo que realmente entiendes
o lo que crees que te quiero decir
y lo que en realidad te digo.
Ocupando la palabra y la idea
unidas a la moral y la incertidumbre
nombradas anteriormente.
Queriendo en definitiva,
poder expresarte exasperadamente
(Pero guardando las proporciones
que el manual de Carreño exige)
En esos momentos de Entre-Tensión
poética, verborreica, literal y expresiva
Supercalifragilísticoespialidoso
donde tu me miras y yo simplemente...
...te miro
(Supongo que no esperabas algo grandilocuente ¿Verdad?)
No hay porque permitir el ensayo de la subyugación
¡Válgame Dios esa afrenta!
querer hacernos creer
de que aun está entre nosotros.
Observándonos,
midiéndonos,
con un traje prestado por su padre.
Con el cual nos descuelga,
sin suelo ni cielo.
Esa tontería absurda
de hacernos sentir únicos y a la vez inferiores.

¡Como reirá Satán!
Acompañado de Miguel y Rafael
y algunos más de esa tropa de zánganos,
cada vez que blasferámos
o elevamos nuestras preces,
mientras ellos juegan golf en su paraíso prestado.
¡Un hoyo en uno al lado del manzano!
Y nosotros dale que dale con nuestra amniótica rutina
de persignarnos ante una cruz,
aunque sea esta de marfil o de madera.

¡No hay por que permitir esta subyugación!
Levantemos los ojos y orinémosles los templos,
mandémoslos a la cresta y sigamos con lo nuestro.
Reír, cantar, beber y tener sexo
¡Hay que preservar la especie!
(pero no tiene porque ser de una manera aburrida).

Yo he tomado mi decisión
de seguir paso a paso al rebaño.
Y esperar al buen pastor que me ira a buscar seguramente,
mientras bailo borracho con algunas de aquellas bailarinas
de café,
de topless,
o de donde me lleve mi condenado estado etílico.

Esperaré pacientemente y con una resaca atroz
a que se me presente como el hijo pródigo.
Aquel que salio y regreso
a usufructuar de los bienes,
presentes y pasajeros.

Amén.
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