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Un
día, todas mis penas se encontraron y se pusieron a hablar entre si.
La primera dijo - Yo soy la que hace que escriba todas esas
cosas tormentosas.
Más atrás otra respondió - Yo soy la que hago que camine solo
por las calles desveladas.
Una
grande y redonda dijo a su vez - Yo soy quien hace que llore por ella en las
noches.
Y
así, una a una todas mis penas fueron exponiendo sus roles, hasta que se dieron
cuenta que una pena pequeñita, que ni siquiera se veía, se había mantenido
callada durante todo ese rato.
- Y
tú hermana - preguntaron - ¿Que es lo que produces en él?
-¿Yo?
- dijo la pequeña pena - Yo soy la que lo mantiene con vida.
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