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Hoy viajando, vi a una chiquilla igual a ti.
Es decir, más voluptuosa, pecosa, con pelo claro en vez del tuyo negro.
Menos linda.
Sin ese brillo espacial en los ojos cuando piensas algo divertido.
Me imagino que a la hora del orgasmo no reirá ni abrazará sudada.
Pero en todo lo demás, era igualita a ti.
Fue el último rayo de sol
pero el primero
que vi yo, hoy
y pensé
que quizás tú también lo hayas visto
pero desde la perspectiva
diametralmente opuesta
que te da esa otra almohada.
A veces
encontrar poesía
en cualquier parte
sería cómo
(a lo mejor)
despertar con un beso tuyo
despertando en mis besos
o como viajar
(sustantivamente)
entre tus muslos
y tus vellos.
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