Pedro Pablo...Uno más (Capítulo Cuatro)

Tomo el Metro en dirección a la casa de mi abuela para pecharle teléfono y unos panes con jamón que seguramente me comeré después de fumarme un pito en la Plaza Egaña. Mi abuela es de esas viejitas medias “lolein” que quieren llevarse bien con sus nietos y toda esa manga de cosas que las hacen sentirse menos culpables por haberles sacado la chucha a nuestros progenitores. La cosa es que mi abuela en su afán de modernizarse, empezó a asistir a clases de computación en la casa de la cultura de Ñuñoa.

Empezo de a poco conociendo el computador y algunas de sus aplicaciones, experimentó con el correo y se convirtió en un as del Chat con los otros abuelitos. Lo malo es que ahora mi abuela se la pasa conectada todo el día y hasta se compro un PC con web-cam para no salirse del Messenger. Mientras chatea se pone a escuchar reggaetón a todo chancho y llama a la radio Hit para pedir temas.
Es bastante raro tener una abuela pokemona.

Cuando llego a su casa, lo primero que veo es que esta posando con una cámara Sony para subir las fotos a su Fotolog. SU Fotolog, ¿Me entienden?, yo con cueva escribo una columna y mi abuela anda preocupada por obtener una “Golden Cam” y que la agreguen a sus favoritos.

Cuando me ve corre a saludarme y me ofrece un vaso de bebida con un pancito con queso que yo obviamente acepto gustoso. Mientras va por ellos, me siento en el compu a revisar mi correo y aprovecho de intrusear en sus ventanas de Chat. Ahí me entero que mi abuela es más mentirosa que la chucha. En el Chat se hace llamar Cony, tiene 17 años y es Anoréxica. Se define como Pelolais y que sus papas no la entienden. La cago la Vieja.

Después de tomarme la Coca-Cola y de darle el bajo al pan con queso, parto hacía la plaza provisto de mi amiga sativa, el pan con jamón para el bajón y un par de cigarros para después del despegue. En momentos así entiendo porque le dicen el Aeropuerto a la Plaza Egaña.

Mientras camino por entre los arboles llamo por teléfono al Pelao para que compartamos la volá y nos riamos un rato. Me dice que en estos momentos no puede acompañarme, que está súper metío en el chat cuantiándose a una pendejita de 17, llamada Cony, que por lo que parece, esta lista para caer en sus redes. Cuando corto el teléfono, pienso en lo chico que es mundo y en lo bien que lo pasará mi abuela si le resulta con el Pelao.

1 Coments:

transfuga dijo...

¿Es bueno que comente?

Este sacó carcajada.-
Y hoy bajó la productividad de esta empresa.

Me gustó.

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