.
Este poema se acaba
cuando termine el cigarro.
Uno que encendí mal.
Y que,
a prisa,
en el humo,
se lleva un recuerdo,
la añoranza aquella
de buscarte en las canciones.
Reconocerte en las sombras.
Y aspiro la mitad,
se quema.
El ruido de la calle,
ese brillo bonito
de tus ojos,
cuando te llueve
por dentro.
Transitando,
como si fuéramos a estar
callados,
viendo una colilla
botada
al medio de la plaza.
cuando termine el cigarro.
Uno que encendí mal.
Y que,
a prisa,
en el humo,
se lleva un recuerdo,
la añoranza aquella
de buscarte en las canciones.
Reconocerte en las sombras.
Y aspiro la mitad,
se quema.
El ruido de la calle,
ese brillo bonito
de tus ojos,
cuando te llueve
por dentro.
Transitando,
como si fuéramos a estar
callados,
viendo una colilla
botada
al medio de la plaza.
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