Sin título

.
.
Este poema se acaba
cuando termine el cigarro.




Uno que encendí mal.




Y que,

a prisa,

en el humo,

se lleva un recuerdo,

la añoranza aquella
de buscarte en las canciones.



Reconocerte en las sombras.




Y aspiro la mitad,
se quema.

El ruido de la calle,

ese brillo bonito
de tus ojos,

cuando te llueve
por dentro.





Transitando,

como si fuéramos a estar
callados,

viendo una colilla

botada






al medio de la plaza.
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